La inflación ha demostrado que los ahorros parados en una cuenta corriente nos empobrecen al perder valor. Hacer que el dinero trabaje por nosotros es la solución más lógica, y si no se hace más es porque muchos todavía deben entender que sus posibles miedos ante la inversión son en realidad simple desconocimiento. En este sentido, la financiación alternativa está cobrando cada vez más relevancia. Además, dentro del abanico de proyectos que pueden beneficiarse del interés compartido por varios inversores, el ladrillo es uno de los favoritos.
El hecho de que el sector inmobiliario sea un refugio al que aferrarse en tiempos de incertidumbre económica incentiva la búsqueda de métodos que vayan más allá de la apuesta por acciones de empresas cotizadas dedicadas a la actividad constructora y promotora o de la clásica acumulación de patrimonio a través de la compraventa de propiedades y su posterior explotación a través del alquiler. De cara al próximo año, el escenario que dibujan las previsiones indica que es un buen momento para incluir el crowdfunding inmobiliario en tu cartera de inversión. Si estás considerando dar un paso adelante en 2023, no pases por alto estas razones.
1. Podrás diversificar más porque habrá más proyectos
Al principio, los propios promotores se mostraron reacios a la idea de acudir a la inversión colectiva en busca de fondos para comprar el suelo o ejecutar sus desarrollos. De hecho, algunos lo vieron más como un experimento que como una opción real, e incluso, hubo quien sospecho que este modelo tenía la intención de asumir el rol de las entidades financieras. Sin embargo, al final se ha impuesto la necesidad de diversificar las fuentes de financiación complementando la tradicional vía bancaria, puesto que los bancos tratan de reducir su exposición al inmobiliario con el fin de no tener que volver a acumular un repositorio en sus balances por el que estaban obligados a provisionar.
En 2023, la financiación bancaria se va a complicar. Los particulares ya lo están experimentando dentro del ámbito de las hipotecas: tanto las que hay en vigor y son variables como las nuevas que se están concediendo son más caras que antes. Las condiciones también van a ser más duras para los profesionales, que no escapan a las decisiones del Banco Central Europeo de subir los tipos de interés. La buena noticia para el inversión es que el número de proyectos perfectamente viables que recurrirán al crowdfunding inmobiliario será mayor, lo que permitirá una mayor diversificación territorial, por segmentos y por plataformas.
2. El nuevo inversor busca herramientas, no propiedades
Invertir en algo material siempre ha sido sinónimo de tranquilidad. Adquirir oro o una obra de arte son activos tangibles que resultan atractivos para todos los que huyen de productos financieros que no tienen una representación física. En el caso de la vivienda, la utopía de vivir de las rentas requiere un capital muy fuerte. Poco a poco el perfil de inversor inmobiliario se ha ido transformando, derivando del clásico rentista al que busca herramientas que le permitan operar con un barrera económica de entrada menor. Por otro lado, este inversor que se irá consolidando en 2023 prefiere no tener que lidiar personalmente con inquilinos o tener que emplear su tiempo en realizar tediosas tareas de mantenimiento, y esta profesionalización del alquiler está en la base de las oportunidades de crowdequity.
3. Las plataformas de financiación participativa están ganando en visibilidad
Si hace un par de años alguien te hubiera contando qué es y qué hace una plataforma de financiación participativa especializada en crowdfunding inmobiliario, a buen seguro que le hubieras dedicado una mirada de desconfianza o le hubieras prevenido de una posible estafa. El fantasma de chiringuito financiero que planeaba sobre las plataformas ha sido completamente superado. A día de hoy, se ha normalizado su presencia y su operativa, y ya no nos resulta extraño que alguien nos hable de ellas como una fórmula más de inversión. En 2023, si bien no se descarta que siga habiendo más incorporaciones, lo cierto es que las plataformas que actualmente operan en España tienen sobrado músculo para captar nuevos proyectos inmobiliarios que ofrecer a los inversores.
4. El crowdfunding inmobiliario es el complemento de renta fija perfecto
2022 fue el año de vuelta a la inversores más conservadores, de ahí que la renta fija se colocara en el foco de atención. En 2023, los expertos recomiendan volverse a abrir a la renta variable, pero sin descuidar la renta fija para darle estabilidad y tranquilidad a nuestra cartera. Asimismo, aconsejar ir alargando la duración de los productos financieros que escojamos. El poder obtener una recompensa en un espacio de tiempo razonable es un poderoso imán, y más cuando se sabe la rentabilidad de antemano, como pasa como el crowdlending, y el riesgo se conoce y está controlado. Aunque lo ideal es que con el crowdfunding inmobiliario se siga una estrategia a largo plazo, las diferentes oportunidades en las que iremos invirtiendo tienen plazos de inversión de uno o dos años, a veces algo más.
5. Es un método fantástico para protegerse de la inflación
Aunque el pasado mes de noviembre, la inflación en España fue la más baja registrada de entre todos los países europeos, el bolsillo de los españoles sigue sufriendo a la hora de ir a comprar al supermercado o pagar la factura eléctrica. La mala noticia es que no podemos confiar en que nuestro empleo va a respaldarnos, pues según un estudio de KPMG, el 94,12% de las empresas no subirá los salarios de sus trabajadores conforme al dato del IPC. Así, se estima un aumento medio del 4,4%, lejos de la horquilla de entre el 7,2% y el 8,7% que prevé el Banco de España para la inflación a cierre de año. Y todo esto si se tiene suerte, ya que haya trabajadores cuyo sueldo seguirá congelado. Ante este contexto, la inversión resulta casi obligatoria porque de algún modo hay que compensar la pérdida de poder adquisitivo que afecta a las finanzas de los ahorradores. El crowdfunding inmobiliario, además de tener como base a un sector sólido y resiliente, permite comenzar desde un importe mínimo, además de ser extremadamente es sencillo.