El inversor primerizo que comienza a dar sus primeros pasos dentro del crowdlending puede sentirse algo apabullado al principio. La gran cantidad de datos y opiniones que circulan por Internet acerca de cómo funciona la financiación alternativa pueden generar cierta sensación de infoxicación que suele ser difícil de procesar. En ocasiones, las supuestas sugerencias sobre cuánto y dónde invertir resultan confusas y contradictorias. Acertar no es una cuestión de azar, sino que hay que dedicar tiempo para trabajar tanto desde dentro, tratando de encontrar el nivel de riesgo con el que nos sentimos cómodos operando; como hacia fuera, tomándonos tiempo para conocer en detalle las plataformas y los proyectos. Estos sencillos consejos para tener una buena cartera de crowdlending elaborados por CIVISLEND te resultarán útiles, no solo para invertir en préstamos a empresas promotoras, sino para cualquier tipo de crowdlending:
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Define un presupuesto
La recomendación general es no destinar más del 10% de tus ahorros a este modelo de negocio, si bien se puede subir hasta el 30% con otro tipo de inversiones. Tu edad también es una variable que influye y que inclinará la balanza hacia la rentabilidad o hacia la seguridad. Cuanto más joven es un inversor más riesgo puede asumir, mientras que a medida que se entra en la madurez, el porcentaje que debe dedicarse a la renta variable debe ir disminuyendo. Igualmente, hay que considerar que muchas inversiones implican el bloqueo del dinero invertido durante un largo plazo, por lo que es esencial ahorrar hasta tener un colchón financiero que te respalde en caso de que surja alguna urgencia. Se suele recomendar que este fondo para emergencias se eleve a unos seis meses de gastos fijos (vivienda, suministros, manutención, etc.). Una vez alcanzado este punto, se podría comenzar con la inversión propiamente dicha. De este modo, si tiene lugar algún imprevisto, no entrarás en pánico porque podrás evitar tener que recuperar esos fondos comprometidos e inmovilizados.
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Descubre las plataformas
Aunque comparten rasgos comunes, cada una de ellas tiene sus particularidades. La mejor forma de saber cuáles son las plataformas de financiación participativa que te hacen sentir más cómodo es dedicar tiempo a navegar por ellas, ver cómo funcionan, cómo analizan el riesgo, si aplican comisiones, si exigen una aportación mínima, qué clase de crowdlending promueven, etc. De hecho, una buena forma de hacerse una idea inicial es consultar la sección de preguntas frecuentes con la que cuentan muchas de ellas. Por otro lado, no dudes en contactar con el servicio de atención al inversor de estos vehículos por si necesitas aclarar cualquier duda. Existen comunidades financieras online en las que es posible leer opiniones de usuarios basadas en experiencias de primera mano. Por último, lo más recomendable sería escoger dos o tres en vez de focalizarse solo en una.
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Analiza las operaciones
El marketplace de las plataformas de financiación participativa muestra un listado con los proyectos disponibles para la captación de fondos, además de un histórico con los que han sido ya cerrados. No solo debes conocer en qué consiste el proyecto que vas a financiar, sino la empresa que solicita la financiación para ponerlo en marcha. Cuanto mejores sean las credenciales del promotor mayor será la garantía de pago, pero debes ser muy consciente de que la seguridad absoluta no existe. Hay expertos que recomiendan destinar siempre la misma cantidad a cada proyecto y así diversificar el riesgo. De nuevo, si albergas cualquier duda respecto a la trayectoria de la empresa que está detrás de la petición de fondos, ponte en contacto con la plataforma.
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Estudia el rating
No todas las plataformas otorgan una calificación de riesgo a los proyectos, así que, si quieres estar más tranquilo, pon el foco en aquellas que sí lo hacen porque es una buena manera de decidir con cuáles quieres trabajar en la optimización de tu ahorro. En CIVISLEND, por ejemplo, el departamento de riesgo realiza un análisis exhaustivo para determinar el rating. Este puede ser mínimo (A y A+), medio (B y B+) y moderado (C y C+). El perfil de inversor más conservador apostará por préstamos A, mientras que el agresivo se decantará por los préstamos C. Lo cierto es que una cartera equilibrada debería combinar de todo para ser más eficiente, puesto que las posibles pérdidas de unos se irían compensando con las ganancias de otros en el largo plazo.
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No descuides tus inversiones
No se trata de escoger un presupuesto, asignarlo a unos proyectos y esperar sentado a que lleguen los intereses. Para mantener una buena rentabilidad, es necesario estar pendiente de que los pagos se hacen en tiempo y forma, con el fin de reinvertir los beneficios en nuevos préstamos, y así mantener tu cartera en plena forma. La mejor herramienta para llevar un seguimiento es una hoja de cálculo en la que se abran tantas pestañas como plataformas queremos emplear en nuestras inversiones. En cada una de ellas deberían quedar reflejados conceptos como la inversión inicial, las aportaciones periódicas, el tipo de interés de cada préstamo, los intereses recibidos, etc. La liquidación de intereses puede variar (mensual, trimestral, cuatrimestral) por eso no está de más que cada final de mes actualices este documento con el fin de saber cómo están funcionando tus inversiones en crowdlending.
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Sé consciente del riesgo
El crowdlending no es un producto de renta fija. No son bonos del Estado. Aunque en un escenario óptimo lo mejor sería que los préstamos se fueran devolviendo sin incidencias, en ocasiones tienen lugar imponderables porque hablamos de un producto sometido a cierta volatilidad. Es por ello que las plataformas ponen el énfasis en el análisis de riesgo y en la definición de un perfil de inversor. Debes contar con que se produzcan posibles retrasos o impagos por parte de los acreedores en algún momento, por muchas precauciones que se hayan tomado. Precisamente, para compensar lo que se deja de ingresar por un lado la cartera deber ser variada. No obstante, las plataformas tienen mecanismos para activar procesos de recobros y solucionar problemas que pudieran surgir, e incluso garantías de recompra y un mercado secundario.