Cualquier inversión que se salga de lo estrictamente conocido, que no tenga que ver con la bolsa, la renta fija o variable, los fondos y los depósitos, genera en la sociedad cierto rechazo inicial motivadas por el desconocimiento. Con el tiempo y el estudio, las reticencias se suavizan, sobre todo, cuando se descubren experiencias de conocidos cercanos que han obtenido beneficios apostando por determinadas alternativas a lo convencional. Son escasas las plataformas de financiación participativa (PFP) que no hayan estado bajo lupa en sus primeros meses de andadura, pero ya se han cumplido seis años de la Ley 5/2015, de 27 de abril, de fomento de la financiación empresarial, la normativa que las regula, y ya son 27 las que la Comisión Nacional del Mercado de Valores tiene registradas.
Desde CIVISLEND suscribimos la tesis de que la cautela es un buen aliado del inversor primerizo. Esta preocupación por los detalles no solo debe guiar los primeros pasos del inversor en crowdlending, sino que debe acompañarle siempre que tenga una cartera de préstamos activos. Dado que diversificar la inversión es fundamental para que la salud de nuestros ahorros sea óptima, deberemos considerar dirigir nuestros fondos a diferentes sectores. Asimismo, tendremos que ponderar el peso de la financiación a particulares y a empresas.
Cuando la inversión en crowdlending es financiación a particulares hay que abandonar la idea de que el banco ha dicho no porque se vaya a incurrir en un posible impago
Muchos emprendedores han podido convertir su idea en una start-up de éxito gracias a la confianza de fondos de capital riesgo o business angels. La banca tradicional es más consciente que antes de cómo es la realidad de los nuevos negocios, pero el empresario amateur tropieza con su falta de experiencia. Afortunadamente, en España va en aumento el número de incubadoras y aceleradoras que, gracias al mentoring, trasmiten conocimiento y dotan a las empresas en ciernes de un buen plan de negocio y de una sólida red de contactos para expandirse.
Pero no todos los particulares que acuden a la financiación alternativa son los empresarios del mañana. Existen plataformas claramente enfocadas al consumidor que no puede conseguir un préstamo por la vía convencional. Se tiende a pensar que cuando el banco dice no a alguien, es porque ese alguien es un moroso en potencia. Las plataformas que financian a personas físicas admiten que la mayoría de las personas a las que financian tienen ingresos recurrentes y un fuerte compromiso de pago, pero que por sus condiciones laborales o por su situación personal no cumplen los férreos criterios de solvencia del banco. Pensemos en lo difícil que tiene un autónomo conseguir, por ejemplo, una hipoteca frente a un funcionario, dado que se sigue premiando la estabilidad financiera que proporciona un contrato fijo e indefinido. O pensemos en los obstáculos que deberá salvar un comprador de vivienda en solitario frente a una pareja, aunque el sueldo del primero supere la suma de los segundos.
La financiación a empresas suele ser el núcleo de la mayoría de plataformas de crowdlending. Se limita a un proyecto por plataforma y un captación máxima de 2 millones anuales
Cualquier compañía con cierto recorrido tiene una línea de crédito con un banco tradicional. Sin embargo, no siempre es fácil obtener todo lo que se necesita en el momento en el que se necesita. Aunque las entidades financieras ya no son tan rígidas como antes, se mantiene todavía cierta precaución, lo que impide que las operaciones resulten todo lo ágiles que se espera. Así, ante una inyección de capital urgente, muchas empresas prefieren pagar más caro el dinero prestado a través de una PFP que esperar al veredicto del banco.
La mayoría de las plataformas dedicadas al crowdlending están enfocadas en las empresas. Las hay que se exigen a estas personas jurídicas estar por encima de un nivel de facturación concreto o que lleven un número determinado de años operando en el mercado. Asimismo, el modelo de negocio va de los clásicos préstamos directos a la financiación de circulante o de facturas y pagarés. La especialización de las plataformas es cada vez mayor. Por ejemplo, CIVISLEND ofrece la posibilidad de invertir en préstamos para la adquisición del suelo a promotores inmobiliarios con un proyecto.
No hay que olvidar que la normativa impone al promotor un máximo de un proyecto por plataforma. No se pueden simultanear varios proyecto en un mismo vehículo. Esto significa que si quiere obtener financiación para otro proyecto, se deberá publicitar a través de una plataforma diferente. Además, las solicitudes de fondos deben ser de dos millones por ronda como máximo al año. Dicho de otra forma, se podrán hacer varias rondas, pero nunca superar esos dos millones en 12 meses. No obstante, si el proyecto se dirige en exclusiva a inversores acreditados, el tope puede subir a los cinco millones.
Muchos inversores se preguntan cuál es la inversión más segura porque no quieren correr riesgos. Las plataformas otorgan un rating para facilitar la toma de decisiones
Invertir en empresas es, en principio, más seguro que financiar a particulares. Pensemos en el trabajo que desempeña el departamento de riesgos de una plataforma cuando se registra un nuevo proyecto. A la hora de analizar la solvencia del que lo presenta, será más sencillo determinar si la relación de activos y pasivos es la idónea cuando se está ante una pyme. Basta con acudir al Registro Mercantil y consultar las cuentas anuales que toda empresa debe presentar obligatoriamente. Además, en la Agencia Tributaria se comprueba si está al día del pago de sus impuestos.
Con los particulares es más complicado, pero no imposible, dado que existen listas de morosos y, por medio de la declaración de la renta, es posible saber cuáles son los rendimientos o el patrimonio del solicitante. En última instancia, quien toma la decisión final es el inversor, que tendrá que hacer un ejercicio de sentido común en función del riesgo que esté dispuesto a asumir. La trayectoria de la compañía y la viabilidad del proyecto serán las claves. Además, el hecho de que las plataformas otorguen una calificación a los proyectos, ayuda a la toma de decisiones en función si el perfil del inversor es más conservador o agresivo.