El concepto de scoring no es desconocido para la mayoría de las personas que, en alguna ocasión, han acudido a un banco en busca de financiación, ya sea para un préstamo personal, para una hipoteca o para la apertura de una línea de crédito para un negocio. El scoring se define como un sistema de evaluación bancaria capaz de determinar la capacidad de endeudamiento de un cliente. Esta aplicación analiza de forma automática el grado de solvencia del mismo a través de una serie de parámetros. Su resultado servirá para conceder o rechazar la petición de financiación.
El scoring es un programa que, gracias al análisis de datos, permite determinar el nivel de riesgo de un préstamo. Se ha sofisticado gracias al big data y la inteligencia artificial
Este sistema está ampliamente aceptado dentro del día a día de las entidades financieras, que recurren a él siempre que deben tomar decisiones de ámbito crediticio. Es una forma normalizada que atiende a una serie de protocolos y que evita el posible sesgo subjetivo de las decisiones puramente humanas. Atendiendo a las recomendaciones que se desprenden de aplicar el scoring, es posible trabajar de un modo más rápido y reducir la tasa de morosidad. Algunos de los datos decisivos para el scoring son el historial de crédito, otros productos contratados, las deudas pendientes, los ingresos recurrentes o la declaración de patrimonio.
Gracias a la innovación dentro de la tecnología, actualmente, para el análisis de los indicadores de riesgo se emplean metodologías basadas en el big data, el business intelligence, la inteligencia artificial y el machine learning, con el objetivo de afinar lo máximo posible. En un contexto en el que la transformación digital se erige como una exigencia para no quedarse atrás, la posibilidad de centralizar, comparar y automatizar datos de forma compleja es una gran ventaja. El procesamiento de la información acorta los tiempos de espera para determinar si un crédito debe aprobarse o no en función de sus expectativas de entrar en mora, facilitando una respuesta fiable y rápida exenta de sesgos humanos.
El scoring dentro del crowdlending resulta esencial para determinar la calidad crediticia de un préstamo, es decir, su rating, que resulta de gran utilidad para el inversor
En lo que respecta a las plataformas de Financiación Participativa (PFP), el scoring es una herramienta imprescindible dentro del análisis del riesgo. En el caso de CIVISLEND, el scoring es fundamental dentro del estudio preliminar que se realiza al promotor para comprobar su solvencia y la aptitud del proyecto inmobiliario que desea volcar en el marketplace y, de esta forma, obtener los fondos necesarios. A través de los datos proporcionados por el promotor, CIVISLEND realiza un cálculo para asegurarse de que los fondos captados a través de la plataforma serán devueltos en tiempo y forma, sin incurrir en impago.
Por otro lado, una vez comprobado que el promotor responderá a los requerimientos de pago, se realiza un estudio de viabilidad en el que el comité de riesgos de CIVISLEND otorga al proyecto un rating de riesgo, es decir, una calificación de crédito. Esta medida establece la capacidad del promotor para responder ante una deuda concreta, aportando una gran dosis de transparencia al proceso. De este modo, el rating es capaz de definir el grado que tiene un activo inmobiliario para generar rentabilidad, así como determinar su capacidad para responder a un préstamo en un plazo de tiempo concreto. Sin duda, se trata de una herramienta de gran utilidad para todo inversor que quiera dirigir su capital al sector inmobiliario, tomando decisiones para invertir en préstamos con un alto nivel de confianza.
Las agencias de calificación crediticia evalúan el riesgo de entidades públicas y privadas. El rating otorgado por CIVISLEND influye en el tipo de interés del préstamo
En el ámbito financiero, la tarea de evaluar el riesgo de los títulos de deuda la llevan a cabo agencias de calificación de riesgos como Moody’s, Fitch o Standard and Poor’s. El análisis de la calidad crediticia se extiende tanto a emisores de deuda públicos como privados. Cuando no existen circunstancias económicas excepcionales, el menor riesgo de impago es ostentando por la deuda pública. Estas entidades son privadas e independientes, y no tienen intereses en el mercado ni están expuestas a las presiones de ningún grupo. No obstante, hay que aclarar que para que una entidad sea calificada debe pagar a las agencias, lo que podría abrir las puertas del cohecho. Sin embargo, este tipo de prácticas harían que el negocio de estas agencias careciera de sentido.
Los diferentes calificaciones inmobiliarias fundamentadas en el riesgo que concede CIVISLEND a los proyectos son mínimo (A y A+), medio (B y B+) y moderado (C y C+), siendo la calidad crediticia de los primeros mayor que la de los terceros. La calificación obtenida es uno de los aspectos que determina el tipo de interés del préstamo solicitado por el promotor. Igualmente, este rating sirve de guía para los inversores. De este modo, esta referencia es vital para que, en función del perfil conservador (menos riesgo, menos rentabilidad) o agresivo (más riesgo, más rentabilidad) del inversor, este decida donde colocar sus ahorros.