La entrada en escena del crowdlending hizo temer a la banca tradicional por uno de sus negocios más rentables: los préstamos. La primera reivindicación fue la creación de un marco legal y regulatorio, algo que llegó con la Ley 5/2015, de fomento de la financiación empresarial. Poco a poco, las entidades financieras se están dando cuenta, no solo de que el crowdlending no es la competencia, sino que es un aliado. Veamos por qué:
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Entorno 100% online
Las Plataformas de Participación Participativa tienen su casa en Internet. Hace mucho tiempo que se superó el miedo a operar sin un cara a cara, y eso es algo que los propios bancos saben. Aunque buena parte de sus clientes operan a través de la Red, el peso de las sucursales físicas aún es muy grande, lo que multiplica sus gastos fijos. Ese temor que aún tienen aquellos que prefieren en trato personal se irá diluyendo en la medida que el éxito de empresas como Civislend se consolide.
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Rentabilidad muy competitiva
Los depósitos actuales ofrecen al cliente exiguos beneficios, y en el futuro no parece que este escenario vaya a mejorar, sino que irá incluso a peor. El ahorro que proporciona a las empresas dedicadas al crowdlending el no depender de una infraestructura física, redunda directamente en el inversor, puesto que los intereses que recibe a cambio de sus recursos marcan la diferencia frente a la banca tradicional. Además, este interés es conocido desde un principio y no da sorpresas.
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Sabes a dónde va tu dinero
Mientras que con una empresa como Civislend el inversor elige él mismo a quién va a prestar, cuando se invierte en banca se desconoce por completo el destino del dinero. El crowdlending es mucho más transparente, dado que permite conocer al detalle el proyecto gracias a una abundante documentación. Además, se trata de proyectos viables que tienen detrás a personas con trayectoria, amparadas por un recorrido profesional, que han decidido sacar adelante un plan de negocio muy estudiado.
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Diversificación contra la morosidad
Los préstamos gestionados por plataformas como Civislend no vienen a sustituir los concedidos por la banca, sino a complementarlos. Cuando un promotor pluraliza sus fuentes de financiación deja de depender en exclusiva de un solo acreedor. Si el mercado de capitales sufre tensiones de liquidez, las plataformas podrán aportar lo necesario para que la actividad no decaiga y aspectos como el paro y el consumo se mantengan en niveles sostenibles.
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El socio perfecto
Aunque los bancos comenzaron viendo desde la distancia las primeras experiencias, están comenzando a darse cuenta de que las microfinanzas les consumen mucho tiempo y recursos. En un intento por renovar su modelo productivo, que les resta mucha eficiencia, incluso están creando alianzas con las Plataformas de Participación Participativa. Además, abrir la puerta a empresas de préstamos digitales es una excelente noticia para la economía real, dado que muchos proyectos a los que la banca tradicional negaría financiación, encuentran respuesta en el crowdlending.