Ahorrar es una práctica muy asentada en España. De hecho, la tasa de ahorro de los hogares se situó en el 4,9% de su renta disponible en el primer trimestre de este año, frente al 1,8% del mismo trimestre de 2020, según reveló el Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, acumular dinero sin darle la oportunidad de crecer provoca que este capital vaya perdiendo valor año tras año. La inflación es la enemiga de los ahorradores que se decantan por dejar inmovilizado su patrimonio. Afortunadamente, cada vez son más los que terminan siendo conscientes de que el encarecimiento de los bienes y servicios provoca que su capacidad de compra se reduzca, dado que con la misma cantidad de liquidez son capaces de abarcar menos en cualquier mercado.
El secreto para paliar los efectos de la inflación está en la revalorización de los salarios, pero también en la definición de una estrategia de inversión que permita generar ingresos pasivos, e incluso, alcanzar la independencia financiera. Es fundamental vencer la reticencia a la inversión de los perfiles más conservadores, haciéndoles ver que los tradicionales depósitos ya no son una opción rentable, y que existen otros métodos que, con un riesgo controlado, son capaces de protegernos frente al aumento del precio del dinero. En este sentido, la inversión en crowdlending se constituye como una herramienta óptima para plantarle cara a la pérdida de poder adquisitivo.
El Banco Central Europeo ha reformulado el objetivo de inflación en la UE elevándolo al 2% y permitiendo que se supere en casos especiales. Al encarecerse el dinero, el ahorro pierde valor
Para todos los que siguen aferrados al ahorro improductivo, llegan malas noticias. La crisis sanitaria ha dado un vuelco a la economía mundial. En lo que respecta al Viejo Continente, la situación pandémica ha provocado que el Banco Central Europeo (BCE) revise su objetivo de inflación, un dogma inamovible desde 2003. El instituto emisor ha sentado las bases de un cambio histórico en su política monetaria. Si hasta ahora la estabilidad de precios se definía como un incremento interanual del IPC inferior pero cercano al 2% para el conjunto de la zona del euro, ahora ese límite circunscribe al 2% a medio plazo, permitiendo superarlo de forma temporal si las circunstancias así lo exigen.
Otra novedad es la recomendación de incluir los precios de la vivienda en propiedad para el cálculo del IPC, no solo en alquiler, como hasta ahora. De este modo, veremos cuál es el impacto real de la evolución del mercado inmobiliario en la economía de los ciudadanos. En cualquier caso, este cambio llevará varios años y será la oficina estadística europea, Eurostat, la encargada de materializarlo tomando referencias de precios vía consumidor, no inversor, con el fin de ajustarse lo más posible a la realidad. Este nuevo escenario, más tolerante con la inflación, no significará la automática subida de los tipos de interés, en el 0% desde marzo de 2016. Asimismo, tampoco tendrá lugar la retirada de los estímulos a los que nos tiene acostumbrado el organismo dirigido por Christine Lagarde.
Aunque la postura del BCE es la de que estos repuntes en los precios al consumo serán transitorios y ya en 2023 volvamos a crecimientos estables cercanos al 2%, otras voces hablan de una nueva era de inflación constante en la que este indicador crecerá durante varios años entre el 2% y el 4%. Una de las principales razones será el encarecimiento de la energía. No en vano, en el pasado mes de junio, la tasa interanual del IPC en España según el INE se situó en el 2,7% debido, principalmente, a la electricidad. Precisamente, los hogares están haciendo frente al recibo de la luz más caro en dos décadas y todo indica que la transición energética presionará al alza los precios, un factor al que se suman otros como la escasez de ciertas materias primas o las cadenas de producción y suministro alineadas con el consumo de proximidad.
Las familias guardarían el ahorro bajo el colchón si los bancos empiezan a cobrar por mantenerlo. El crowdlending se vislumbra como el uno de los mejores métodos para paliar la inflación
El compromiso del supervisor europeo por mantener los tipos de interés en su mínimo histórico permite que los países más endeudados por la crisis sanitaria, entre los que está España, puedan manejar sus finanzas de un modo más sostenible, ya que el dinero que pidan prestado será más accesible. Igualmente, aquellos que estén pagando una hipoteca también salen ganando. Sin embargo, este marco no es tan beneficioso para los ciudadanos de a pie que tengan dinero invertido. La rentabilidad que proporcionan productos financieros de renta fija referenciados a los tipos de interés actuales es muy reducida. En resumen, para que prestar dinero salga barato, la rentabilidad de los activos debe ajustarse, y el equilibrio no resulta fácil.
Los bancos están empezando a elevar las comisiones por el mantenimiento de las cuentas de ahorro y por los depósitos, lo que podría llevar a los particulares a sacar su dinero y guardarlo bajo el colchón o en una caja fuerte, reforzando su pérdida de valor en un contexto de inflación al alza. Si se asentara la tendencia de guardar el efectivo fuera del circuito bancario, se dispararían los robos en domicilios. Según el Ministerio del Interior, en 2020 se produjeron 70.481 robos con fuerza en domicilios. En consecuencia, se pagaría por proteger el dinero a través de sistemas de alarma o se volvería a los bancos aceptando el coste de mantener el capital en custodia. Es por ello que la llamada al consumo y a la inversión es urgente.
La pérdida del coste de oportunidad es muy alta. Al tomar la decisión de no mirar hacia productos financieros que han demostrado ser muy rentables y con un rating atractivo, como ocurre con el crowdlending, estamos privándonos de un futuro financiero acorde a la evolución del precio del dinero. En CIVISLEND apostamos por la renta fija por medio de préstamos a promotores inmobiliarios. Los proyectos se presentan en un marketplace tras ser analizada su viabilidad, pues solo estudiándolos al detalle es posible minimizar el riesgo. De este modo, el crowdlending genera ingresos que permiten esquivar la inflación.