Seguro que si alguna vez has tenido que pedir una hipoteca, te has encontrado con las siglas TAE y TIN. Dado que el crowdlending se basa en los préstamos, guarda una relación muy estrecha con ambos indicadores. No es extraño que, al consultar el marketplace de una plataforma de financiación alternativa, comprobemos que los proyectos que tratan de captar fondos ofreciéndose como oportunidades de inversión incluyan ambas tasas de interés en su descripción, tal y como ocurre en CIVISLEND. Se trata, por tanto, de dos elementos muy importantes a la hora de manejar nuestros ahorros en el ámbito financiero, puesto que nos ayudan a decidir si la rentabilidad que ofrecen este tipo de productos merece la pena en función del perfil y del horizonte de la inversión que manejemos.
La confusión entre TAE y TIN cuando se trata de productos de financiación es muy habitual. Volviendo al terreno de los préstamos para comprar vivienda, el coste financiero de la operación queda definido por estas dos variables, por lo que sirven de ayuda cuando tenemos que calcular cuánto pagaremos a la entidad bancaria cada mes. La TAE es el acrónimo que suele acompañar las ofertas hipotecarias y que, además de reflejar el interés que recibe el banco, ya sea fijo o variable sumado a un diferencial, incluye todos los gastos asociados, desde los seguros contratados hasta las diferentes comisiones que se apliquen: de estudio, de apertura, etc. Sin embargo, el TIN no incluye estos gastos, por lo que siempre estará por debajo de la TAE, que se acercará más a la realidad. Tal y como expresa el Banco de España, «el TIN es el precio que la entidad cobra por prestar o que paga por depositar. La TAE incluye además del TIN, los gastos y comisiones asociados a los productos». Pero dentro de los productos de inversión, lo que la TAE incluye no son las comisiones, sino las liquidaciones de pago.
Cuando tanto el TIN (tipo de interés nominal) como la TAE (tasa anual equivalente) sirven para definir una oportunidad de crowdlending, se expresan en términos anuales, pero no todos los préstamos tienen este plazo de inversión
Lo primero que hay que tener claro es a qué se refieren estas siglas. En este sentido, la TAE es la tasa anual equivalente, mientras que el TIN hace referencia al tipo de interés nominal. De este modo, mientras que la TAE siempre estará calculada para un periodo de doce meses, la TIN puede estar basada en plazos diferentes al año. Por norma general, cuando ambos acompañan una oportunidad de crowdlending se expresan en términos anuales, pero no todos los préstamos tienen este plazo de inversión. Cuando es mayor, por ejemplo, de 24 meses, hay que multiplicarlo por dos. Por ejemplo, si un proyecto indica que tiene un TIN del 8% pero el capital estará inmovilizado por dos años, la rentabilidad simple bruta será del 16%. Así pues, ese TIN es el porcentaje fijo que recibirá el inversor por el dinero prestado. Únicamente, habría que descontarle la retención fiscal aplicable a esta clase de inversiones.
Debes tener en cuenta que este TIN está exento de capitalización, es decir, es lo que ganará el inversor si retira lo que ha ganado y no lo reinvierte. De ahí que se diferencie entre interés simple y compuesto. Es por ello que, cuando hablamos de la TAE aplicada a los productos de inversión, esta se fundamenta en el interés compuesto o efectivo, basándose en la hipótesis de que los intereses obtenidos por un determinado producto de inversión vuelven a invertirse de nuevo al mismo tipo de interés por un periodo de un año. Este es un dato interesante dentro de las plataformas de crowdlending, puesto que algunas de ellas cuentan con sistemas de automatización que reinvierten los beneficios, por lo que conocer el TAE es muy útil. Si decidimos retirar nuestras ganancias con cada pago de intereses y el capital inicial destinado a los proyectos no se pone de nuevo en circulación, el TIN será más clarificador.
El TIN y la TAE también sirven para indicar, además de la rentabilidad que obtendrás al invertir tus ahorros en crowdlending, el nivel de riesgo al que te expones. Al beneficio final obtenido hay que restarle la inflación anual
Los intereses generados por una inversión marcan el beneficio obtenido, y dentro del crowdlending, este rendimiento también obedece a la regla que dicta que cuanto mayor es la rentabilidad, mayor es el riesgo. Es por ello que el TIN y la TAE también sirven para indicar, además de lo que te rentarán tus ahorros, el nivel de riesgo al que te expones. No está de más recordar que cuanto más altos sean estos porcentajes, más riesgo se estará asumiendo. En cualquier caso, más allá del TIN y de la TAE, es fundamental que tomes nota de otros indicadores para tener una visión más amplia, como por ejemplo, el rating, que determina la calidad del préstamo; o el loan to value, que es la relación entre el préstamo y el valor.
Por último, debemos saber que en ocasiones es posible que, en ciertas inversiones, el TIN y la TAE muestren el mismo porcentaje. Esto ocurre únicamente cuando los intereses generados por el préstamo de crowdlending se ingresan en la cuenta del inversor al mismo tiempo que el capital tras el vencimiento de dicho préstamo. Lo más común es que el plazo de inversión abarque un año o más, así que los pagos de intereses se realizan de forma periódica: mensual, bimestral, trimestral o cuatrimestral. De este modo, la TAE supera al TIN, puesto que se expresa como un indicador adelantado de lo que recibirá el inversor. En última instancia, a las ganancias obtenidas a través del crowdlending, ya sea aplicando el TIN o la TAE, hay que restarlas la inflación, ya que el coste de la vida se incrementa año tras año mientras nuestro ahorro está depositado trabajando en el logro de ingresos pasivos. Solo de esta forma seremos conscientes del aporte del crowdlending a nuestro poder adquisitivo.