Protegerse de la inflación es fundamental si no queremos que nuestro dinero pierda valor. En momentos en los que el precio de los bienes y servicios sube, debemos buscar salidas a nuestro ahorro con el fin de combatir esa escalada. El mercado de valores en tiempos bélicos está sujeto a una gran volatilidad, pero si se tiene experiencia manejando acciones, la bolsa proporciona buenas rentabilidades, siempre y cuando se apueste por empresas líderes y se sepa identificar cuándo toca deshacer posiciones. Otros expertos recomienda poner el foco en activos como el oro o las materias primas. Todos hemos visto como el trigo o el gas han inflado sus precios. Dentro de este catálogo de productos financieros en los que refugiarse, la vivienda juega un papel crucial. Aunque no es un activo que destaque por su liquidez, lo cual arroja un riesgo, si se entiende como una inversión a largo plazo, es capaz de proporcionar unos ingresos estables más allá de su amortización, para después, venderla y así obtener una plusvalía que podría estar incluso por encima de un plan de pensiones medio.
Hay muchos motivos por los que la vivienda sigue siendo un valor refugio, un papel que se refuerza cada vez que una alteración en el terreno geopolítico tiene consecuencias económicas nefastas debido a la globalización. Invertir en patrimonio inmobiliario es el gran salvavidas para muchos pequeños ahorradores. Actualmente, la rentabilidad bruta del alquiler es bastante ajustada. Según Tinsa, se situó en un 4,4% en Madrid y un 4,1% en Barcelona, aunque en los distritos céntricos es ligeramente superior. A esta cifra habría que restarle todos los gastos fiscales y de mantenimiento que lleva aparejado el alquiler, además de tener en cuenta el tope del 2% introducido por el Gobierno. Es por ello que la vivienda no entiende de cortoplacismos, y aunque sea imposible batir la inflación este año -se prevé una media del 7% para 2022-, estaremos sacando partido a nuestra inversión mes a mes.
Las promociones han regresado a la preventa al 100%
La obra nueva tiene más público del que es capaz de asumir. La pandemia, lejos de ejercer de obstáculo, fue un verdadero impulsor de las operaciones dentro de esta tipología. Tener una casa que se adecuara a los nuevos criterios de búsqueda que había perfilado el confinamiento era algo que únicamente la promoción residencial era capaz de cumplir. El encarecimiento de los materiales que ha intensificado la guerra en Ucrania, amenazando con paralizar desarrollos en marcha, lo que trastocaría unos niveles de producción que, si ya de por sí resultan incapaces de responder la demanda natural, ni hablar del inversor en vivienda que compra sobre plano. Según Aedas Homes, el grupo de demanda de vivienda que busca un lugar para invertir su dinero fue el que más creció entre junio y diciembre de 2021, pasando del 12,4% al 14,3%, lo que arroja un un 14,7% de incremento y confirma la seguridad con la que interpretamos el inmobiliario. El inversor ve en esta vivienda un activo refugio, colaborando en que el lanzamiento de una nueva promoción cierre su preventa al 100% en tiempo récord, y si se cae alguna, hay lista de espera para formalizar una reserva rápidamente. La comercialización se hace con apenas un par de planos, sin pasar por el clásico piso piloto.
Los pisos de segunda mano se venden en apenas 24 horas
Los portales inmobiliarios son testigos de excepción del ‘boom’ que está experimentando la venta de vivienda. Sin suscribir alertas es imposible tener el control sobre la oferta que existe en tu zona de interés, pero además, el ser de los primeros en llamar para concertar una visita no te asegura que cuando llegue tu turno la casa siga estando disponible. En ciertos mercados locales, se reserva prácticamente sin ver el inmueble. Aunque en algunos barrios la oferta necesite de reformas de calado, el inversor está seguro de su potencial y compra sin dudarlo, adelantándose muchas veces al que tiene como objetivo una vivienda habitual donde residir. El último dato de compraventas, correspondiente al mes de febrero y recogido por el Consejo General del Notariado, señala que este indicador creció un 19,2% interanual, su mejor dato en 15 años. La fiebre por el ladrillo, que comenzó a ser muy notable a partir del mes de abril de 2021, parece no haberse enfriado. Todavía queda ahorro acumulado y muchos se apresuran a invertir en vivienda ya para evitar comprar en el pico, y aunque la actual inflación no se refleja en el porcentaje de subida de los precios de la vivienda, los pisos se están encareciendo mes a mes y recortado distancias.
El alquiler necesita aumentar su oferta
La contrapartida de una demanda solvente es una parte muy importante de la población que, aunque considera el alquiler como algo temporal, debe aferrarse a esta fórmula de acceso hasta reunir las condiciones necesarias para abrazar la propiedad. La crisis sanitaria ha conseguido que el ahorro de las familias se eleve, pero también ha dejado a muchas otras en una situación económica complicada. En los momentos de incertidumbre, el número de inquilinos crece, algo que aprovecha el inversor. Al mercado del alquiler le va bien que la vivienda tome impulso como valor refugio, dado que gracias al apetito inversor, la oferta sube y es posible llegar a más inquilinos, además de ayudar a rebajar las tensiones en cuanto a las mensualidades. A pesar del intervencionismo regulatorio, comprar para alquilar sigue siendo uno de los planes más seguros, sobre todo, si se añaden coberturas ante posibles impagos o actos vandálicos.
Las hipotecas siguen siendo atractivas
Los tipos de interés, en mínimos históricos, han fomentado la compraventa. Una hipoteca accesible y barata siempre es una aliciente para el comprador que invierte en vivienda, puesto que los intereses de la deuda estarán por bajo de la rentabilidad del activo, cubriendo costes y hasta ingresos adicionales. Sin embargo, la creciente inflación hace cada vez más posible que tenga lugar un cambio en la política monetaria europea. La banca ya ha comenzado a encarecer las hipotecas fijas y a promocionar de forma más notable las variables. Aunque el Banco Central Europeo todavía no ha dado un paso en firme, las decisiones de compra se están adelantando para seguir aprovechando la buena coyuntura financiera. En cualquier caso, si la financiación ya no resultara tan barata, la vivienda continuaría siendo un activo refugio imprescindible dentro de una cartera de inversión diversificada a pesar de costar más dinero pagarla a través de un préstamo.